Así manda la élite del poder

LA VERDAD 4 de julio de 2010

La mayoría de los que mandan son funcionarios. Las mujeres llegan antes al poder, pero son muy pocas y se tienen que alejar del matrimonio para triunfar, según un informe de Consultores CSA para ‘La Verdad’. La autoridad y la influencia seduce a unos 600 murcianos, la mayoría abogados y economistas, que ven lejos su retirada y que apenas dejan espacio a las mujeres.

«Me iré cuando pueda». «Seguiré mientras el cuerpo aguante», declaran sobre su futuro.

La agenda oficial hace que muchos dirigentes coincidan a diario en los mismos actos públicos.

Estar en la pomada, tocar poder… Nos gobiernan abogados, economistas y profesores, la mayoría funcionarios y en un alto porcentaje hombres. Además, muchos líderes no tienen previsto abandonar el cargo, aunque la renovación les llegará en el plazo de cinco y diez años para dejar paso a la nueva savia de la llamada clase dirigente. La erótica del poder seduce a unos 600 murcianos repartidos entre las administraciones, las empresas privadas, la política y la universidad, según refleja el estudio realizado por Consultores CSA para el diario ‘La Verdad’ entre mayo y junio.

Se trata de la primera radiografía de estas características que se realiza en la Región y que pone al descubierto que estamos gobernados por personas que nacieron en los años 50 y 60 y que se encuentran en la cúspide de sus carreras, lo cual deja por el momento poco espacio para los menores de 30 años.Esta aproximación al poder en la Región de Murcia se basa en un censo de las personas más influyentes en los ámbitos económicos, políticos y sociales, realizado a través de encuestas, perfiles y currículos. Todos tienen control sobre sus presupuestos y se sitúan en los primeros y segundos escalones de sus organizaciones.

Javier Sierra, investigador principal de Consultores CSA, marca el contexto, subrayando que el paso del régimen dictatorial al democrático a finales de los años 70 creó las circunstancias favorables para la sucesión de la mayor parte de las élites políticas. Fue cuando empezó a forjarse la nueva clase dirigente que ahora nos gobierna.

Los cortejos oficiales

El principal rasgo diferencial de la Región de Murcia radica en su carácter uniprovincial, en la concentración de centros de poder y en la facilidad de desplazamiento. Muchas agendas oficiales coinciden a menudo y pivotan en torno al presidente de la Comunidad Autónoma y al delegado del Gobierno, que arrastran un séquito habitual y afín a la materia de que se trate. Eso hace que casi a diario -y a veces de forma repetitiva- coincidan las mismas personas en la misma pomada.

Todo queda en casa

Uno de los aspecto que más llama la atención es el bajo acceso de las mujeres a los puestos de relevancia, que apenas llega al 18%. Es una evidente descompensación si se atiende a la proporción de sexos. Las mujeres tienen a su favor que llegan más jóvenes a las esferas de poder. Con menos de 30 años acceden en mayor proporción a la cúspide que los hombres, pero el predominio machista es impepinable y no responde a los afanes de una sociedad moderna.

La media de edad de la clase dirigente es de 49,6 años

Copan el 68% de los puestos de relevancia y apenas dejan un 3,4% de margen para los jóvenes. Tenemos pues una élite madura a la que todavía le queda recorrido.¿Se aferran al cargo? El estudio ofrece dos interpretaciones que convergen en un corolario: el 45% tiene previsto abandonar el cargo en los cinco o diez próximos años, la mayoría porque les llegará la edad de jubilación, y el 55 restante no incluye este objetivo entre sus planes actuales.

Es interesante conocer las respuestas de los encuestados sobre el momento de abandonar la vida pública. Al tratarse de una pregunta abierta, los dirigentes se expresaron con espontaneidad. Los cargos electos se remiten a lo que lo decidan los ciudadanos. Si ocupan puestos de confianza, responden que están a disposición del presidente Ramón Luis Valcárcel, de su partido, o de sus superiores jerárquicos del Ministerio de turno. «No depende de mí», señalan algunos. «Mientras sea útil y crean que lo soy, estaré ayudando y colaborando», indican otros.Los parlamentarios se ciñen al mandato de la legislatura, y muchos a la edad de jubilación, que colocan en los 70 y 72 años. Hay otras respuestas: «Me iré cuando pueda». «Espero que no muy tarde». «Eso me gustaría saber a mí». «Ni idea, al paso que vamos, pronto». «Mientras el cuerpo aguante». «No me importa, cuando toque». Hay impresiones para todos los gustos cuando se trata de calibrar el momento o la situación propicia. En el común denominador no se advierte un deseo irrefrenable de dejar el sillón o bajarse del coche oficial, cada vez menos y peor visto, dado los tiempos que corren.

En los próximos cinco años se renovará, como mínimo, un 29,8% de los miembros de la élite del poder, siempre y cuando haya una retirada efectiva de los jubilados. Bajo este mismo criterio, en diez años se habrá renovado el 49,2% y el quince años el 64,9%. El estudio señala además que el 5,3% ha sobrepasado la edad de jubilación y sigue ejerciendo.

Centralismo autonómico

La clase influyente está compuesta mayoritariamente por abogados, economistas, ingenieros, profesores y médicos. La cuarta parte son licenciados en Derecho. Mayoritariamente -un 92,3%- son titulados universitarios y la mitad son funcionarios, por lo que tienen asegurado su puesto de trabajo una vez que abandonen el cargo. Algo menos de un tercio pertenece al sector privado, mientras que un 20% no definen su profesión o pertenecen a otras categorías. La Región cuenta con una élite que ha pasado por las aulas universitarias en mucha mayor proporción que la media de la población española, que se queda en 8,8%.

El informe de CSA destaca por otra parte que ocho de cada diez dirigentes son murcianos de nacimiento. El resto procede de la Comunidad Valenciana y Andalucía, seguidos de los madrileños. Si se atiende a la población, no sorprende que más del 38% haya nacido en Murcia y su área de influencia, y el 11% en la de Cartagena. Esto se corresponde casi milimétricamente con los focos de poder concentrados en la capital, lo cual desemboca en una suerte de centralismo autonómico que ha sustituido al central.

Los precedentes familiares cuentan en un 38% de los casos. Padres, hermanos y abuelos ocupan o han ocupado cargos de notoriedad públicas en puestos similares. En el caso de las mujeres, la correlación es mayor, ya que una cuarta parte revela que sigue los pasos de su padre o su madre para acceder a la órbita dirigente.Fieles a los usos sociales, la inmensa mayoría de nuestros líderes están casados (86%). El 3,4% está divorciado y el 1,9% son pareja de hecho. Los hombres son más clásicos que las mujeres que mandan, entre las que hay menos casadas y más solteras y divorciadas. La conclusión es evidente: las mujeres que triunfan o aspiran al poder se mueven en roles familiares más abiertos y se alejan del matrimonio. Son más independientes que los hombres, por deseo o porque se ven obligadas por los moldes sociales imperantes.